15.2.06

Bolivia 2006: la revolución anticolonial

por Alejandro Saravia

Una parte de la inmigración latinoamericana en el exterior, aquella que sigue de cerca los procesos de cambio como el boliviano, querrá ver en la victoria de Evo Morales (al igual que una buena parte de los medios de comunicación canadienses), por encima de todo, un viraje hacia la izquierda.
Esto porque una victoria del Movimiento al Socialismo, cuando se mira a Bolivia con los ojos del exilio – ya sea político, económico, cultural o sexual-, representa una victoria sobre los fantasmas del pasado; rompe en algo la distancia que nos separa. En Montreal, Madrid o Munich al final, una victoria socialista sabe tanto a buen mondongo colombiano, como a locro argentino; se la saborea como si fuera un buen anticucho peruano o un apetitoso thimpu boliviano.
Para los medios canadienses, colocarle a Evo Morales la etiqueta de "gobierno de izquierda" es a la vez un simplismo y una necesidad práctica. Así las redes de televisión como CTV, Global o TQS no tienen que pagar para que se investigue y explique a la población canadiense que la victoria del MAS es sobre todo el resultado de un proceso anticolonial y no solamente una victoria de la izquierda. Y está más verde que hoja de coca que los medios de comunicación canadienses hagan un esfuerzo coherente para explicar que la coca no es cocaína, que lo que Estados Unidos pretende erradicar con la prepotencia de su plan "Dignidad", avalado por la Oficina de Drogas y Crimen de Naciones Unidas, es un potente símbolo de identidad cultural de la población indígena, mayoritaria en Bolivia. Mientras Francia felicita al ganador de las elecciones bolivianas y Chirac recibe en París a Evo Morales, la prensa canadiense tampoco le ha pedido a Ottawa que explique ese sospechoso silencio frente a un nuevo gobierno boliviano democráticamente elegido.
La victoria de Evo Morales no es un triunfo de los documentos socialistas o de la ortodoxia tradicional de la izquierda boliviana. El antecedente de esta formación política, el Partido Socialista 1, fundado por Marcelo Quiroga Santa Cruz logró, en su mejor momento, alrededor de 100,000 votos en las elecciones de 1980. El esfuerzo fue noble, pero los votos fueron insuficientes. Esto dejó el campo abierto, por décadas, a esa pretendida izquierda llamada MIR, tan servil como saqueadora. El Estado bolivano cayó en las manos los magos del 21060 y la doble contabilidad como el MNR, en partidos obsecuentes con Washington, como la cleptocracia banzerista de ADN, que ahora se llama Podemos y cuya sigla la sabiduría popular convirtió en los muros del país de "Podemos" en "Robemos".
El MAS se llamó en su origen Movimiento al Socialismo – Instrumento Político para la Soberanía de los Pueblos (MAS –IPSP). Esta organización surgió en el contexto del Primer Congreso Tierra y Territorio realizado en Santa Cruz en 1995 donde participaron la Central Sindical de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), la Central Sindical de Campesinos de Bolivia (CSCB), la Central Indígena del Oriente Boliviano (CIDOB), la Federación Nacional de Mujeres Campesinas de Bolivia – Bartolina Sisa (FNMCB-BS) y otras organizaciones. (Shirley Orozco publica una breve historia del MAS en la Revista Barataria, marzo 2005).
En 1825 las élites criollas, aprovechando la carne de cañon de zambos, mulatos, mestizos e indígenas expulsaron a España del Alto Perú y fundaron Bolivia. Pero por 180 años quedó indemne la estructura colonial, esta vez al servicio de las ciudades capitales y sus sectores de poder. Para la población indígena el cambio no fue mayor. El racismo se convirtió en política de Estado y ellos siguieron siendo mitayos, pongos y repetes. O mineritos de sombríos días de socavón y noches de tragedia, o albañiles, aparapitas e imillas cama adentro. Sus formas de autorepresentación cultural, incluyendo las lenguas indígenas, no fueron –ni son- valoradas por la cultura oficial. En el mejor de los casos, se dan procesos de apropiación cultural.
Ante los desafíos y el inmenso nivel de expectativas a los que tiene que responder el MAS, quizá la etiqueta de "izquierda" acabe sofocando esa enorme aspiración de la población boliviana de tener un Instrumento Político para la Soberanía de los Pueblos que sea inclusivo, pragmático y flexible. Quizá Evo Morales sea un espejismo como lo fue Lucio Gutiérrez en Ecuador. Quizá el MAS acabe devorado por la propia izquierda boliviana, o ese milenarismo indigenista que cree que todo fue pan y rosas cuando todos eran indígenas y no había mestizos o blancos (que también son bolivianos) y proponen que hay que volver al pasado. O quizá sea su propia desorganización la que acabe con el partido vencedor en las pasadas elecciones. Enemigos externos no faltan. Los primeros son los ayatollahs de mercado en la Casa Blanca. Está el Pentágono y sus militares que llevan a cabo campañas de propaganda negra y desinformación. Están contra Evo muchos de los medios de comunicación en Bolivia. Le siguen los lluncus made in Bolivia, esa parte del sector empresarial que junto a las llamadas elites conservadoras bolivianas, son serviles para afuera, prepotentes para adentro, y que ya no podrá repartirse los fondos del Estado ni repartirse embajadas, ministerios o cuotas de poder. Pero sea cual fuere el destino de esta elección que llevó al MAS al gobierno, quienes en el exterior ven con ojos solidarios lo que está ocurriendo en Bolivia, harán bien en explicar que cuando la mayoría indígena llega, organizada en sindicatos, a ganar democráticamente las instituciones de administración del Estado, esto significa, con todos sus bemoles, una victoria anticolonial. Y de paso obliga a quienes usan gafas de izquierda para mirar a Bolivia no a renunciar a éstas sino a reinventarlas.

7.2.06

El nuevo rostro del Estado boliviano

Aquí va un artículo recomendado por Roxana. Publicado originalmente en Página 12 el 5 de febrero

CÓMO ES EL NUEVO GOBIERNO DEL LIDER INDIGENISTA EVO MORALES
Dos semanas de vértigo en Bolivia
por Pablo Stefanoni desde La Paz

Una ex empleada doméstica como ministra de Justicia, un ex cocalero como “zar” antidrogas, un indigenista que quiere que los diplomáticos hablen quechua y aymara fueron algunos de los rasgos de las primeras dos semanas de Evo Morales como presidente.
Las primeras dos semanas de gobierno de Evo Morales estuvieron cargadas de gestos, más o menos simbólicos, para reforzar la idea de “vuelta de página” con la que la izquierda quiere comenzar su gestión. A las tres ceremonias de asunción –incluida la más ritual, en Tiahuanacu– le siguió el nombramiento de la ex empleada doméstica –durante 18 años– Casimira Rodríguez a cargo de la cartera de Justicia –“antes era un lugar sólo de abogados, ahora también estamos los movimientos sociales”–, la designación del ex cocalero Felipe Cáceres como nuevo zar antidrogas y de un indigenista “duro”, David Choquehuanca, a cargo de la Cancillería. “Los diplomáticos deberían hablar quechua o aymara”, dijo poniendo los pelos de punta de las exclusivas “elites” diplomáticas, a las que amenazó con cerrarles la Academia Diplomática “por ser excluyente”.

Además, el presidente Evo Morales cumplió con la rebaja de salarios –57 por ciento para el presidente, que ganará menos de 2000 dólares y 50 por ciento para los parlamentarios– e impuso un ritmo de trabajo marcial: entra al Palacio a las 5 de la mañana y, a veces, antes. Y, en un gesto inédito, llevará a vivir a la residencia presidencial de San Jorge al vicepresidente y a los presidentes de ambas cámaras para “trabajar 24 horas por día”. Por otro lado, Morales removió a toda la cúpula militar y se saltó dos promociones sospechadas de haber participado en la polémica entrega de 28 misiles chinos HN-5 a Estados Unidos; nombró a un activista de derechos humanos, Sacha Llorenti, como embajador en Washington “para traer a Gonzalo Sánchez de Lozada” (para que responda por los 60 muertos de octubre de 2003) y está preparando una ley de convocatoria de la Asamblea Constituyente que “garantice” mayoría para los movimientos sociales e indígenas para “refundar” Bolivia.

Sin embargo, no todo será una “taza de leche” ni un camino lineal hacia el cambio. Los pasos del nuevo gobierno muestran las dificultades para resolver la ecuación entre utopía y realpolitik que ya debieron enfrentar otros gobiernos de izquierda que quisieron “cambiar el mundo desde el poder”. Evo Morales, con la cintura negociadora desarrollada en su actividad como sindicalista cocalero, lo sabe bien. Además, los movimientos sociales y sindicales están lejos de la imagen idealizada con que por momentos se los ve en el exterior.

A modo de ejemplo: el nuevo ministro de Trabajo, Santiago Gálvez Mamani, es un obrero, dirigente de la Federación de Fabriles que está a favor del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. Los fabriles realizaron incluso una masiva marcha, en alianza con los empresarios textiles el 23 de octubre pasado, que llegó hasta las puertas de la embajada estadounidense en reclamo de la firma del TLC, muchos de cuyos participantes provenían de la “combativa” ciudad de El Alto. Y, paradójicamente, el gobierno tiene como aliado “anti TLC” a un sector de los exportadores cruceños, principalmente de soja y, para consolidar esa alianza, se perfilan, por ejemplo, acuerdos con Venezuela y Libia para exportar soja y azúcar.

También el gobierno intentaría una alianza con sectores del capital “insolente”. La presencia en el gabinete del millonario “de izquierda”, Salvador Ric Riera, hijo de catalanes republicanos exiliados, iría por ese camino. Ric, que declaró un patrimonio personal de 40 millones de dólares, es un outsider entre las corporaciones empresariales cruceñas, y con su designación se busca, según una fuente cercana al gobierno, un acercamiento con sectores corrientemente perjudicados en las licitaciones financiadas por organismos financieros internacionales, por ejemplo, parte de la industria de la construcción made in Bolivia. También hay algunas “manchas” en el nuevo gabinete: uno de los ministros más cuestionados es el titular de Defensa, Walker San Miguel, “cupo” de alcalde paceño Juan del Granado, que se desempeñó como síndico de varias privatizaciones y parte del directorio del Lloyd Aéreo Boliviano, propiedad del empresario filomafioso Ernesto Asbún.

Para muchos, uno de los temas que definirá el rumbo del gobierno socialista será la licitación del Mutún –principal reserva de hierro y manganeso de Bolivia–, reclamada por los sectores empresariales cruceños y codiciada por varias empresas transnacionales. Morales se comprometió a dar luz verde a la licitación y sectores duros del gobierno como el ministro de Hidrocarburos, Andrés Soliz Rada, se opondrían, reclamando la modificación previa del Código de Minería. También se espera una definición sobre el tipo de “nacionalización” petrolera que impulsará la nueva administración.

La realidad es que, más allá del discurso soberanista del nuevo gobierno, muchos de sus proyectos deberán ser financiados por la cooperación internacional (“En mi viaje aprendí que ser un buen presidente es hacer buenos negocios”, dijo Morales a la vuelta de su gira mundial). Y el “capitalismo andino” propuesto por el vicepresidente Alvaro García Linera no deja de emparentarse al “capitalismo nacional” de antaño.

1.2.06

¿Qué hacen los marines en Paraguay?

El choque de visiones de mundo entre Washington y el nuevo gobierno en La Paz hacen que Estados Unidos considere (y utilice, como en el caso de la invasión de Irak) la opción militar.Pero los militares estadounidenses también llevan a cabo en el caso de Boliva las llamadas operaciones psicológicas (military operations other than war). El responsable es el militar estadounidense Jim Treadwell, quien encabezó el Cuarto Grupo de Operaciones Sicológicas durante la invasión de Irak. Allí, su tarea fue desarrollar la llamada propaganda negra (Information Warfare). En junio de 2005 la revista Time Magazine reportó que el Pentágono desplegó unidades de 2 a 4 especialistas en operaciones psicológicas para llevar a cabo campañas de promoción de los intereses estadounidenses en regiones estratégicas del mundo. En el caso de Bolivia, su tarea es "neutralizar potenciales actividades terroristas o de desestabilización regional". La nueva unidad encargada se llama Joint Psyops Support Element (JPSE), con base en el Comando de Operaciones Especiales del ejército estadounidenses en Tampa, Florida. El director de esta unidad es Jim Treadwell. Un ejemplo de esta propaganda negra es un documento anónimo, aparecido en diversos sitios de internet bajo el título de "El Agorero", que presenta una serie de informaciones de lo que será Bolivia seis meses después de la llegada del MAS al gobierno. Ese documento, además de presentar un cuadro de guerra civil y profunda crisis económica, concluye con la foto de un militar estadounidense con un mapa de Bolivia en la mano. La (des)información y propaganda negra indica que Estados Unidos se vio en la obligación de ocupar militarmente el país. Ahora, como cualquier otra campaña publicitaria, los 77,5 millones de dólares de presupuesto de esta unidad de propaganda estadounidense encontrarán los modos de utilizar los medios de comunicación en Bolivia y en el exterior. Pero, con fondos o sin fondos, gran parte de la prensa boliviana está empeñada en una guerra de propaganda contra en nuevo gobierno boliviano. Mientras tanto, los marines se van aclimatando en Paraguay. A continuación un artículo sobre el tema.

BASE MILITAR DE EE.UU. Y ACUÍFERO GUARANÍ.

Unos 500 marines del Comando Sur de las Fuerzas Armadas estadounidenses se instalaron el pasado 1º de julio en Paraguay para realizar maniobras conjuntas con militares de ese país. El arribo de las tropas generó dudas en diferentes organizaciones sociales guaraníes sobre las posibles consecuencias de la impunidad otorgada a los contingentes extranjeros por el Congreso Nacional.

Mientras el gobierno paraguayo niega cualquier posibilidad de que se instale una base estadounidense, analistas internacionales y organizaciones sociales coinciden en señalar que la aprobación de la Ley de Inmunidad que habilita la entrada de los marines, marca un antecedente de consecuencias impredecibles para el futuro de América Latina.

Efectivamente, el desembarco en Paraguay y la posible instalación de una base militar en Mariscal Estigarribia, a unos 200 kilómetros de la frontera con Bolivia significa un importante avance para los intereses geoestratégicos de Estados Unidos. Desde ese punto geográfico las tropas militares podrán controlar tanto las grandes reservas de hidrocarburos del norte argentino y Bolivia, como la mayor reserva de agua dulce del mundo, el Acuífero Guaraní.

Radio Mundo Real entrevistó a Vidal Acevedo, Coordinador del Programa Desmilitarización y Alternativas No Violentas del Servicio de Paz y Justicia (SERPAJ) de Paraguay, quien señaló detalles de este complejo proceso y subrayó la gravedad del caso para el destino de la región.

¿Qué información maneja SERPAJ con respecto a la posible instalación de una base militar estadounidense?

Nosotros decimos que están dadas las condiciones para que se instale una base militar en Paraguay, porque en el Chaco, más precisamente en la localidad de Mariscal Estigarribia, bastante cerca de la frontera con Bolivia, ya hay una pista donde pueden aterrizar aviones B–52 y Galaxys, que están capacitados para movilizar grandes cantidades de tropas y armamentos. Por otro lado, la resolución 503 del Congreso Nacional otorga inmunidad absoluta a las tropas norteamericanas por 18 meses y ya permitió el ingreso de 499 efectivos militares para supuestos entrenamientos conjuntos en un período que comenzó el pasado 1º de julio y que supuestamente terminaría en diciembre de 2006, aunque se trata de una autorización prorrogable.

En su opinión, ¿cuánto afecta esta resolución a la soberanía nacional?

En términos jurídicos significa una verdadera violación jurisdiccional, ya que mediante esta decisión se les está otorgando absoluta impunidad a los efectivos militares estadounidenses. Nuestro país no va a poder realizar ningún reclamo en caso que se dañen personas o propiedades, ya que Estados Unidos no reconoce a la Corte Penal Internacional y no ha ratificado el Estatuto de Roma. Incluso la ministra de Relaciones Exteriores, Leila Rachid, reconoció que los marines gozan de total inmunidad y que si cometen delitos en nuestro país solo podrán ser juzgados en los Estados Unidos.

¿Qué se esconde detrás de la llegada de estos efectivos militares?

Según nuestro análisis, esto tiene que ver con el creciente interés de los Estados Unidos por aumentar su influencia en América del Sur, básicamente por los innumerables recursos naturales con los que cuenta nuestra región. Paraguay se encuentra situado sobre el Acuífero Guaraní, la mayor reserva de agua dulce del mundo. Es indudable que el envío de tropas está relacionado con esto y también teniendo en cuenta la reserva de gas y petróleo que existe en la frontera con Bolivia, donde están actualmente los marines. El gobierno de Estados Unidos sabe que en los próximos 15 o 20 años la crisis energética será más grave aún y su actual estrategia geopolítica está supeditada a eso.

Hay que tener en cuenta además que Bolivia atraviesa un momento de alta conflictividad social, no sería descabellado pensar que la intención de Estados Unidos es la de instalar una base militar para contar con mayor rapidez de acción por parte de sus efectivos militares en caso de cualquier levantamiento popular. El gobierno de Estados Unidos siempre está buscando nuevos mecanismos para mantener su hegemonía.

Teniendo en cuenta la gravedad de estos acontecimientos, ¿cuál ha sido la reacción de la población?

Nosotros nos enteramos de este tema a partir de una serie de Notas Reversales entre el gobierno de Paraguay y la Embajada de Estados Unidos, quienes acordaron esta resolución sin que ningún legislador emita comentarios o difunda lo que estaba sucediendo. La mayoría de la población se enteró por intermedio de la prensa y cuando prácticamente ya estaban llegando los marines.

En el caso de Serpaj, estamos trabajando con movimientos y organizaciones sociales, tratando de planificar acciones de repudio ante esta situación. Estamos pensando en realizar manifestaciones en los lugares donde se vayan a realizar acciones militares combinadas. De todas formas, se puede decir que hasta el momento las reacciones son bastante tibias a pesar de la gravedad de los sucesos.

¿Cuál es la situación en la Triple Frontera, teniendo en cuenta el interés de militarizar esa zona manifestado por Washington?

En ese caso la excusa que pone el gobierno de Estados Unidos es la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico. Ciudad del Este es una zona esencialmente comercial y que tiene una comunidad árabe muy importante, entonces las autoridades norteamericanas han puesto como excusa que desde allí se solventan económicamente a cuadros terroristas. En realidad el tema es que esa zona es un punto clave para controlar el Acuífero Guaraní y los innumerables recursos naturales del continente.

Es cierto que el narcotráfico y el contrabando son muy fuertes es esa zona, pero de hecho quienes están involucrados son militares y policías. Hace poco tiempo, un contrabando de cigarrillos muy importante fue incautado en Argentina y quien terminó detenido por manejar la avioneta es un coronel del ejército paraguayo. Bajo la excusa de la lucha contra estos males, el gobierno de Estados Unidos va marcando presencia y estudiando las posibilidades que presentan las riquezas naturales de la región.

Hay que tener en cuenta que allí se encuentran además importantes represas hidroeléctricas y mediante el control de los ríos que confluyen en esa zona, Estados Unidos empezará también a controlar el Acuífero Guaraní, que es sin duda su principal objetivo.

¿Cómo se explica la posición del gobierno paraguayo?

Nosotros lo entendemos como parte de un acercamiento sistemático que lleva adelante el gobierno paraguayo con la administración de George W. Bush. No hay que olvidar que al asumir Nicanor Duarte Frutos la primera señal política que envía es un viaje a Washington para reunirse con todos los principales jerarcas de la Casa Blanca. En la misma línea, el vicepresidente Luis Castiglioni estuvo recientemente en Estados Unidos definiendo políticas comunes en temas de seguridad. El innegable acercamiento entre ambos gobiernos deja en evidencia que Estados Unidos lamentablemente comienza a tener desde Paraguay una mayor influencia en la región.

Por otro lado, la mayoría de las empresas trasnacionales con presencia en la región son norteamericanas, entonces el acercamiento de Duarte Frutos busca mantener ciertos privilegios económicos, que por otra parte contribuyan a fortalecer al Partido Colorado, que lleva más de 60 años en el poder.

¿Cómo sintetizarías la situación política interna de Paraguay? ¿Dónde se encuentran las alternativas para los movimientos populares?

El gobernante Partido Colorado es el principal responsable de la pobreza, la injusticia social e impunidad que reina en nuestro país. Lamentablemente sigue aprovechándose del poder basándose en la trilogía Gobierno, Partido y Fuerzas Militares. Por intermedio de prebendas y manteniendo a los funcionarios públicos como su mayor caudal electoral ha logrado mantenerse como fuerza mayoritaria.

Por otra parte, los “partidos de oposición”, como el Partido Liberal, en realidad no ejercen esa función y mantienen la misma línea conservadora, entonces es difícil hablar de alternativas políticas clara, al menos pensando en los próximos años.

Las esperanzas están centradas en que la incidencia política de las organizaciones campesinas sea cada vez más fuerte. Actualmente el movimiento campesino de Paraguay es quien está marcando la construcción de ciudadanía con mayor fuerza, porque lamentablemente el sindicalismo en nuestro país atraviesa una etapa bastante decadente.

Los campesinos juntos a otras organizaciones sociales emergentes, como movimientos juveniles o trabajadores “gancheros”, fueron quienes frenaron la puesta en marcha de la Ley de Privatizaciones 1615, a partir de movilizaciones constantes, cortes de ruta y bloqueos de caminos.

Estos movimientos son actualmente la principal voz contestataria dentro de todo esta horrenda situación que atraviesa Paraguay.+ (PE)

Fuente: Boletín Informativo N 99. 13 de enero de 2006 del Congreso Bolivariano de lo Pueblos remitido por el Grupo Guayubira.26/01/06 - PreNot 5807

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